martes, 11 de abril de 2017

Waldo Gómez. Ojo privado para La comedia del arte


La comedia del arte o la Comedia Dell ‘Arte??

Conocí a Waldo en tiempos de Universidad, años 80s, La Chile. Nos reunían muchos sueños y visiones en común, tal vez lo que más recuerdo era ese espacio que construíamos en nuestros encuentros para dejar entrar a la grande belleza entre ambos, esa pasión por lo apolíneo, por el sentido que hay detrás de la técnica, la academia, la formación del estudiante del arte, la situación política y la historia de Chile, la ciudad, la transvanguardia, el territorio y la periferia cultural. Todos temas que eran urgentes en la formación de un artista en aquellos tiempos.
La Universidad de Chile nos marcó a fuego, pero sobre todo Díaz y Couve, nuestros maestros guía.

Couve sobre todo en cuanto a la base espiritual de época; Couve y su Comedia del arte.
Publicada en 1995, La comedia del arte es considerada por la crítica especializada como una de las novelas relevantes de la producción literaria de Adolfo Couve.
La historia está basada en la relación amorosa de una extravagante pareja formada por Camondo, un pintor realista, y Marieta, su modelo y enamorada. Sin embargo, la óptica desde la que se narran los sucesos de la trama, está teñida de un tono irónico, absurdo y paródico, puesto que los protagonistas son sombras de un tiempo pasado, de un tiempo que fue prometedor y que sólo los ha dejado con recuerdos. De esta manera, Adolfo Couve se sumerge en la problemática humana de los artistas venidos a menos, explorando lo decadente y patético, al mismo tiempo que la voz del narrador -en tercera persona- abre un mundo que refleja el universo estético de Adolfo Couve.

Algo tramaba Couve con todo esto, una evidente tensión desde el pasado al presente nos sigue hasta ahora como guaripola fundamental, como una alerta consciente de lo que significaba hacer arte en estas tierras del sur del mundo desapareciendo bajo un mal llamado país en vías de desarrollo .
Creo que en ese pequeño gesto literario y magnífica obra maestra de la literatura chilena contemporánea  se esconde la verdadera vanguardia del arte chileno de los últimos años incluidos los de la dictadura y los que vendrán después.

En aquella obra podemos ver-nos, aprendices de la transcultura, patéticos, despojados de toda identidad ya que todo era marchito y despoblado, la relación con la belleza y la identidad cultural comenzarían su desmantelamiento y así la noción de territorio iba a dar pie a un nuevo orden en las ciudades y en ellas comenzarían a dar sus primeros pasos los bebés de la era de lo vacuo. Inicios de un sistema que se mantendría hasta el día de hoy en Chile, el experimento exitoso de los niñitos de Chicago muy peinaditos al lado del general.

Por otro lado Waldo Gómez vivió algunos años de su juventud en Italia. Esa experiencia de artista joven en el país de la sensual Belleza, la gran cultura, el imperio y la carga del idioma de Dante lo acercan a otra forma a la homónima novela de Couve,; La Commedia Dell ‘Arte. Una tendencia del teatro muy llamativa y exitosa durante los siglos XVI y XVII.
La Commedia Dell’ arte busca provocar la risa del público mediante un enredo amoroso y ciertas dosis de sátira social y política. Se suele decir que el rasgo más significativo de estas representaciones es la inexistencia de diálogos escritos; sin embargo los actores de la "commedia Dell ‘arte" improvisaban sobre esquemas o argumentos predeterminados pero los personajes son siempre los mismos, tal como las obras de Gómez los elementos se repiten: tubos, palmeras, muros, paños, estatuas. Etc. Una forma de hacer polisemia con elementos que se repiten y al repetirse van perdiendo sentido al mismo tiempo.
Ooops, en que trampa estamos no? No es otro metalenguaje más para justificar la obra, finalmente? Esconderse en un discurso, encerrarse en él y defenderse desde ahí?
No. A mi parecer no.
Aquí Gómez propone su Private Eye, su voyerista lanzado, crítico, sarcástico, mordaz..
Sucede que así trabaja un artista, este es el significado real de su aporte a la humanidad. No sólo el objeto físico es lo que vemos cuando vemos una obra de arte. Lo que vemos es un resultado de una lectura del espíritu del mundo.

La obra de Gómez toma un camino que a mi me parecer refleja con brillantez esa amalgama necesaria que identifica a todo gran artista: su biografía, su entorno directo y una profunda interpretación que luego se convierte en autoría propia de un espíritu de época (zeitgeist).
Gómez conjuga bajo La comedia del arte los rasgos de la inquietud creativa tensionados entre sobrevivencia, identidad y entrega descarnada de la verdad sistémica de la existencia humana. De ese modo se entiende que por un lado ser artista en Chile es una desaparición de la dignidad humana que llega a doler  y por otro, ser el bufón de una corte dominante inculta, calculista, neo liberal y corto plazista, que lucha por sobrevivir en el territorio eriazo de una cultura extraviada en el tiempo y engullida por los buitres del mercado.


El ojo privado de Waldo Gómez

Curioso este Waldo Gómez y su ojo privado pues en parte construye su imaginario a partir de una marca que hace referencias de las carencias simbólicas y políticas de lo público extraviado de Chile y quienes habitamos en él.
Curioso porque su obra nace de una mirada detectivesca por un lado, de voyeur punzante y  de elegante  poeta sarcástico por otro, y propone una tensión en una resistencia inédita entre los términos “privado” y “público” dejando solo lo público sostenido por su inexistencia absoluta para que pueda ser recreado o reconstruido desde su carencia en el propio espectador en tiempos y tierras de privatizaciones.

Construye una marca –El Ojo Privado de Waldo Gómez- en primera persona y la deja caer en el territorio nacional con una propuesta que es objeto, lírica y curatoría a la vez.

Las pinturas de Waldo Gómez con sus figuras en el paisaje europeo son los deseos cumplidos de quien ha logrado tocar la belleza con sus manos y ojos, a diferencia de quienes las han aprendido en slides o reproducciones mal impresas en las escuelas de Arte en Chile, los frustrados y sufridos sudacas del arte.  Ahí confluyen los géneros del clasicismo formal académico de la enseñanza de la pintura como fantasmas agónicos pero dignos en el espacio claro y armónico de las academias en una noche que se avecina sin muchas lunas.






Tan oscuras pinturas como la tristeza que nos funda como aprendices y luego como profesionales del arte. Hay un velo poético de belleza sublime en el relato de todos estos elementos dispuestos de manera matemática, de composición perfecta en un país inventado donde los artistas vagan en el reencuentro remoto de una belleza que les ha sido arrancada de sus almas.
Con Gómez aprendemos que lejos del alma que da sentido al neoclasicismo, el barroco, y el surrealismo principalmente de De Chirico como formas visuales reconocibles hay un deseo inevitable de estar ahí para escaparnos del desencanto.
Entonces no nos queda más que ser eternos aprendices que quedan en las mejores manos para poder seguir creando.


Del collage y las letras

Por otro lado la letra, el texto. La poesía en el país de las letras muertas y las ausencias de la comprensión de lenguaje. Una vez más las huellas de la pre existencia, de la iconografía, del registro previo a la obra. Los collages escritos de Gómez son elocuentes espejos visuales que tensionan el paisaje de una memoria extraviada y a su vez forman un librito delator de la enseñanza del arte en Chile y de la realidad infortunada de sus aprendices.

Lugares comunes, textos privados y poco comunes, desprovistos de la métrica clásica de la poesía pero capaces de atravesar con magnífica precisión lo que la vista tiene como evidencia ante sí. Las formas no son al azar, tienen en si mismo una carga poética poderosa, lo que hacen los textos es sostener de manera evidente la carencia de lo aprendido, de una cultura popular desdeñada y dejada a un lado. Todo esto conforma un solo cuerpo asemejando un palimpsesto donde hay que hurgar con precisión la delicadeza de mirar y comprender lo que se sabe pero no se cuenta.








“Los mejores pintores de Chile están muertos en vida. Pintan telas y las dejan vueltas para la pared…” reza un extracto de una de estas piezas editoriales únicas, una pieza que es solo texto manuscrito con gouache y que son parte de su serie La comedia del arte. No deja de enfrentar la realidad descarnada de la supervivencia de quien crea y se pregunta para qué? Porqué? Busca el sentido del arte en el anti paraíso de una manera desgarradora y honesta pero con una finísima composición gráfica como diciéndonos que si hay un porqué, lo que deja abierto siempre, como buen voyerista, pillo, sagaz es ese para qué?
Para qué hacer arte en Chile?
Para qué estudiarlo?
Quien te lee, quien te ve?
Es acaso todo esto la tautología eterna

No son preguntas tímidas y sueltas al viento.
Son la verdadera tensión del arte para los artistas.
Ni más, ni menos.
El Ojo privado del Gómez nos está espiando desde sus obras, nos interpela, nos sacude de manera orgánica y feroz.

Eso lo hace un indispensable absoluto.



Guillermo Grebe Larraín
elartwriter   

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